Por: Dra. Valeria Muñoz
Cuidar los dientes desde la infancia siempre traerá beneficios para toda la vida, pero ¿Qué tipo de atenciones especiales deben tener los padres con sus hijos? La Dra. Valeria Muñoz, odontopediatra docente de Odontología UC, entrega algunas pautas claves para mantener una sonrisa saludable desde temprana edad.
Proteger los dientes y encías de los pequeños no es sólo una cuestión estética, también puede ayudar a prevenir problemas del lenguaje, posturales e incluso respiratorios. Sin embargo, ¿Qué se debe priorizar en este sentido?
A continuación se extraen de la entrevista efectuada a la doctora algunos consejos para tener en cuenta:
En Chile, un 17% de los niños de 2 años están afectados por caries. Este porcentaje aumenta considerablemente a una cifra cercana al 50% en los menores de 4 años.
Hoy en nuestro país la caries temprana de la infancia (Caries que afecta a menores de 6 años) es un gran problema de salud. “Esto porque generan alteraciones locales, sistémicas en casos más graves, y son un predictor de caries en el futuro. Además, su resolución terapéutica es muy complicada. En menores de tres años es muy dificil realizar tratamiento convencional por su baja capacidad de colaboración debido a su corta edad.” A partir de esto es importante recalcar que se debe dar énfasis a los cuidados orales desde temprana edad para poder prevenir.
Al contrario de lo que se suele pensar, la higiene bucal debe iniciarse en los niños desde su nacimiento. La Dra. Muñoz señala que lo más recomendable es que al principio y después de la lactancia, se haga una limpieza con una gasa humedecida con agua, teniendo preocupación sobre todo por los rebordes y la lengua. “Después, y en la medida que los niños van creciendo y aparecen los primeros dientes en la boca, se pueden utilizar cepillos con cerdas suaves y agua. Además, a partir de los tres años o desde que se controla el reflejo de la deglución se pueden indicar pastas fluoradas”, agrega la especialista.
Aunque las pautas del ministerio de Salud (MINSAL) afirman que la primera visita al dentista debe ser a los 2 años, la AAPD (Asociación de Odontología Pediátrica de Estados Unidos) recomienda que el primer control sea a partir de los 6 meses, o desde que erupciona el primer diente. “No hay consenso en indicar cuál es la mejor fecha para la primera consulta, pero hay una tendencia creciente a recomendar que sea antes de los 2 años. En general en niños pequeños las visitas al dentista deben ser cómo mínimo 2 veces al año para poder controlar los constantes cambios debido al crecimiento y el desarrollo”, explica la Dra. Valeria Muñoz.
Con la primera visita al odontólogo se evalúa el riesgo de cada paciente de padecer algunas patologías orales, según lo cual se determinan pautas preventivas o terapéuticas. “También realizamos educación a los padres o cuidadores. Este último punto es crucial sobre todo en los padres primerizos”, recalca la académica de Odontología.
Otro aspecto fundamental que deben conocer los padres respecto a los cuidados bucales de los niños es que no se deben medicar a los niños pequeños con anestésicos tópicos para aliviar el dolor de la dentición, tal y como se usaba en el pasado. “Esto se debe a que se ha visto que usados en dosis no adecuadas pueden ser potencialmente peligrosos en niños menores de 3 años y medio”, enfatiza la Dra. Valeria Muñoz. Una opción recomendada en este sentido es el uso de gomas refrigeradas para masticar, con el objetivo de aliviar el dolor de la dentición, y también hacer masajes en las encías.
Por último, es importante entender que el uso de biberones y chupetes debe ser restringido. “Se ha visto que en algunas ocasiones el uso del chupete podría generar beneficios en los lactantes por lo tanto se pueden utilizar con la precaución de retirarlos a tiempo. Su abuso impide que los niños cambien su patrón muscular, retrasando su desarrollo y generando transtornos que no sólo generan deformaciones bucales si no que problemas fonoarticulatorios y respiratorios”, señala la docente.
La mejor alternativa es cambiar la mamadera gradualmente por un vaso desde que el niño es capaz de hacerlo. A los 2 años y medio ya debería ser capaz de tomar todos los líquidos en vaso. Además, tal y como lo indica la especialista, “no hay que usar bombillas tampoco, pues el efecto de éstas es muy parecido al de la mamadera”. En relación al chupete hay que disminuir al máximo la frecuencia, si el pequeño lo usa sólo para dormir, sacarlo cuando se queda dormido, y tratar de eliminarlo definitivamente antes de los 2 años y medio. “Dependiendo de la forma de su cara puede que sea recomendable suspenderlo antes pues hay niños más vulnerables que otros”, agrega.
A pesar de todo lo anterior es importante recalcar que no existen recetas generales, ya que cada individuo tiene diferentes patrones de crecimientos y distintas necesidades de indicaciones.
Pontificia Universidad Católica de Chile 2024